la necesidad -incluso personal- de evaluar

Ayer se celebró "Navidades en Otros Países" en la Escuela de Voluntariado de Madrid. Dos horas de bullicio en pasillos y aulas después de muchas horas de preparación. A mí se me quedó un sabor agridulce. ¿Cómo se habían enterado todos esos papis y mamis de que podían venir con sus hijos a visitar los países de la fantasía? Si miraba a izquierda a o derecha unos eran amigos de Emilio (el director de la Escuela), muchos otros familia de Arancha (antigua trabajadora de la Fundación Luis Vives), la prima de mi madre vino con sus niños o la directora de contenidos de Radio Tentación, Mar LLenera, siempre tan activa trajo a sus dos peques con su marido (yo le había mandado las entradas)...
Y al final piensas ¿han servido de algo las 12 entrevistas de radio (incluyendo las más importantes)? ¿las apariciones en medios digitales? ¿la programación mensual, la web, el @PUNTO? ¿los 700 folletos que se distribuyeron en los colegios de la zona?
Si los niños estaban aquí era por que sus padres los habían traído.... ¿qué sacan de todo esto? ¿una tarde menos delante del televisor?

Para mí la moraleja es que evaluando la comunicación (es decir cuando se repartieron las entradas preguntar ¿cómo se enteró usted de esto?) quizás me hubiese hecho quedarme más con el dulcecito de los caramelos que me dieron en el país de la magia o en el país de la plástica.